Comité Editorial

30 de octubre de 2012

Dormido

             La mujer avanzaba entre la multitud, sosteniendo al niño entre sus brazos. Nadie prestaba atención, nadie le miraba. Hora punta, salida del trabajo, vuelta a casa: todos se refugiaban en sus propias preocupaciones. Al pasar a mi lado vi que la mujer lloraba.
            Fue entonces cuando pensé que el niño no estaba dormido.

Santiago Eximeno, Ediciones del Cruciforme, 2012.

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