Semana del 17 al 23 de Diciembre de 2012.

     Se abría una nueva era. A partir de la mágica noche del 17 de diciembre de 1917, la nación más grande de la tierra iba a engrandecerse aún más, prohibiendo la venta y el consumo de alcohol a sus ciudadanos. Los cientos de males sociales que provocaba aquel elixir diabólico serían erradicados con la misma facilidad que las botellas de licor en las estanterías de las tiendas. La convivencia se abría a una perspectiva de sobriedad común en la que, desde luego, a nadie se le ocurriría abrir antros de bebida tras puertas secretas, ni fabricar alcohol de pésima calidad en la bañera, ni distribuir licores bajo manga, a precios tan exorbitantes que la fortuna de aquellos que vivían fuera de la ley llegaran a superar las de quienes vivían dentro. Aún menos, claro, provocaría la proliferación de bandas armadas destinadas a disputarse tan suculento negocio, que sembraran el terror y el caos en las grandes ciudades. De ninguna manera iba a producir que el número de reclusos se multiplicara por seis, ni que el gobierno acabara derogando la ley, tras asumir su incapacidad para ejercer un control efectivo sobre lo mucho que se traficaba con alcohol y se bebía.

     No. Eso no iba a ocurrir. En esta nueva era, Estados Unidos se mantendría firme en la defensa de la sobriedad y la decencia.

     Desde la Internacional Microcuentista no albergamos pretensiones tan grandiosas. Nos conformamos con que nuestros lectores disfruten de la microficción, ya sea sobrios o con una copa de más. Esta semana contaremos con los relatos de Kostas Axelos, Sergi G. Oset y José Manuel Ortiz Soto, y reseñaremos Espejos, una historia casi universal, de Eduardo Galeano. Recuerden que apenas restan unas horas para participar en nuestro concurso sobre el tan esperado y aplaudido Fin del mundo, y que, siempre que gusten, pueden votar por este su blog, en los VII premios 20blogs que organiza el diario 20 Minutos.