La verdad es que resulta bastante irónico: pertenecías a la primera generación de artistas que hicieron suyo el lema "vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver". El grupo de estrellas que, con Elvis a la cabeza, estaban inventando sobre la marcha aquel fenómeno musical, popular y mediático conocido como rock´n´roll. El grupo de jóvenes que estaba escandalizando a los padres, madres, reverendos y mentes bienpensantes de toda la nación a base de canciones instintivas y veloces, bailes sexuales y negritud. Hasta el punto que había quien aseguraba que tú y tus amigos —sin duda alcohólicos, homosexuales y drogadictos— enviabais directamente al infierno el alma de aquellos chavales que tenían la mala suerte de cruzarse con vuestra música depravada.
Gentes con valores así de torcidos, aseguraban, no podía terminar bien. Y a fe que parecían tener razón: tras apenas cinco años de existencia rockera, se habían evaporado de la escena sus caras más conocidas. Buddy Holly, Ritchie Valens y the Big Booper murieron en accidente de avión. Jerry Lee Lewis tuvo que retirarse tras contraer matrimonio bígamo con su prima de 13 años. Chuck Berry fue encarcelado por tráfico de menores. Little Richard abandonó la música para predicar la palabra de Dios. Carl Perkins se partió el cráneo al salirse de la carretera. Elvis cumplía con el servicio militar. Y tú, Eddie Cochran, ibas a remachar la sucesión de ausencias estrellándote contra una farola el 17 de abril de 1960, en el accidente que acabó con tu vida y dejó lisiado a Gene Vincent por el resto de la suya.
Lo irónico es que el accidente no lo produjo tu afición a la vida loca ni al rock´n´roll, sino la conducción temeraria del taxista, uno de esos honrados padres de familia honrados y trabajadores; uno de esos señores serios que abominaban de la música venenosa que tú y los tuyos propagabais entre la juventud.
Veloces e intensos como una buena canción de rock´n´roll esta semana, esta semana presentaremos los relatos de Eva Díaz Riobello, Jorge Díaz Herrera y Esteban Dublín, entrevistaremos a Juan Luis López, Juanlu, reseñaremos uno de los últimos lanzamientos del género de microficción, Fisuras en el aire, de Araceli Esteves, y contaremos con la colaboración de José Antonio Íñiguez Narváez, que nos acercara a la figura de Manuelita Pavía Viviana de Coronado.
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