Nada puede hacerse. Cuando los edificios se caen, se caen. Te pongas
como te pongas.
Derrochar perros, maquinaria y hombres en la búsqueda de
supervivientes me parece una aberración y una pérdida de tiempo. Los hombres se
hacen solos. Lo costoso de producir son los objetos.
Así que hagan el favor: rescaten la tele de plasma y déjenme morir en
paz.
Fernando Sánchez Ortiz, Pequeño Almacén Esperanto, 2013.

Jo, qué duro, y qué realista.
ResponderEliminarUn abrazo
Una sociedad hecha de escombros.
ResponderEliminarMuy bueno. Abrazos.
Una realidad que nos acosa día a día.
ResponderEliminarBesicos muchos.