Comité Editorial

15 de junio de 2013

Equilibrista.

Eran aquellos años inciertos. Años de plomo. Años en los que ese cadáver que era Franco no se terminaba de pudrir entre las manos de una sociedad española que estaba tan harta de contar cadáveres como de ser dirigida por uno.
La mujer, que durante la dictadura había sido entre animal y cosa, entre chacha e incubadora, entre esposa con grilletes y beata de domingo, apenas comenzaba a descubrir que su papel en la vida podía ser muy otro.
Y la sociedad, siempre tan patriarcal y paternal, se adaptó para ofrecerle cuanto estaba dispuesta a darle: un nuevo status en el que una, cuando podía permitírselo, podía estudiar y hasta soñar con ser independiente hasta el momento en que encontrara al hombre de su vida y experimentara su verdadero papel como mujer: entre animal y cosa, entre chacha e incubadora, entre esposa con grilletes y beata de domingo.
Pero era, al fin y al cabo, un paso adelante. Y había que hilar muy fino para darse cuenta de que los tiempos no estaban cambiando tanto ni tan deprisa como decían. Precisamente eso es lo que hizo la cantante Cecilia en esta canción cuyas tres estrofas resumen a la perfección lo que he empleado tantas palabras para contar.


1 comentario:

  1. Aunque por mi edad no la conocí ni viví todo lo que se indica en el articulo, sé que con sus canciones, muchas de ellas censuradas como "Mi querida España", abrió la mente y puso su granito de arena para que la sociedad diera un vuelco. Revolucionaria con esa canción suya de "Me quedaré soltera" entre otras muchas.

    Gran artista.

    Abrazos.

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