Félix María de Samaniego (1745-1801) es, junto con Tomás de Iriarte (1750-1791), uno de los dos mejores fabulistas en lengua castellana. Es reconocido por su libro Fábulas morales (1784), textos todos ellos escritos en versos sencillos, sin pretensiones y con una finalidad didáctica. Las fábulas de Samaniego, como siempre se ha hecho —y se seguirá haciendo— a través de la historia de la fábula, fueron inspiradas en las obras de escritores predecesores como Esopo, Fedro, La Fontaine y J. Gay. Como si se tratara de una de sus fábulas satíricas, se desató una gran rivalidad entre los dos escritores españoles, la cual duraría toda su vida. El motivo: quién era mejor fabulista. La historia literaria les ha dado un lugar destacado a cada uno.
La fábula que presentamos a continuación tiene su origen en la conocida frase de Horacio: “Parturient montes, nascetur ridiculus mus” (Parirán los montes, nacerá un ridículo ratón). Frase en la que Horacio, hace referencia a una fábula de Fedro.
La fábula que presentamos a continuación tiene su origen en la conocida frase de Horacio: “Parturient montes, nascetur ridiculus mus” (Parirán los montes, nacerá un ridículo ratón). Frase en la que Horacio, hace referencia a una fábula de Fedro.
El parto de los montes
Con varios ademanes horrorosos
los montes de parir dieron señales;
consintieron los hombres temerosos
ver nacer los abortos más fatales.
Después que con bramidos espantosos
infundieron pavor a los mortales,
estos montes que al mundo estremecieron,
un ratoncillo fue lo que parieron.
Hay autores que en voces misteriosas,
estilo fanfarrón y campanudo,
nos anuncian ideas portentosas;
pero suele a menudo
ser el gran parto de su pensamiento,
después de tanto ruido, sólo viento.

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