| Fotografía de Richard Schmaedicke |
Me llamo Ignacio Rubio Arese. Según cuentan, fui gestado cierta Nochevieja, solo un par de meses antes del imborrable “¡Todo el mundo al suelo!”: el micro más pavoroso de nuestra historia reciente, sin duda alguna. Me recuerdo por vez primera en un patio de guardería empujando neumáticos viejos y pateando un balón de “Naranjito”. Crecí con el humor absurdo de “Los Batautos”, las aventuras de Dartacán y las canciones de Rosa León. Por aquel entonces quería ser bombero, mosquetero, torero y otras muchas cosas que acabasen en –ero. Estudié en Leganés, en Trabenco, un colegio sin libros y sin exámenes, donde escribí mis primeras fábulas. Más tarde me cambiaron a otra escuela menos libre –con libros y con exámenes–, donde se me cortó la digestión narrativa. A los veintiuno me hice viajero y me dio por bombardear a mis pobres conocidos con crónicas escandinavas y bálticas. Fue en aquellas latitudes donde retomé el hábito de la escritura, como elixir contra los días lluviosos y la resaca de los amores fugaces. Siete años después, regresé a las Españas ansioso por trabajar en “lo mío”, pero se me adelantó la crisis. Ahora ejerzo de profesor de inglés, de guitarra, monitor de campamentos y lo que se tercie. Pero, sobre todo, bailo, bailo, bailo y escribo.
IM: ¿Qué se siente al ganar el Relatos en Cadena, en el que han participado más de 22000 microrrelatos?
IR: El mismo vértigo que al
mirar a la Gran Vía desde la terraza de los estudios de la Cadena
Ser.
IM: Entre los favoritos en
las apuestas previas a la final aparecían otros nombres. ¿Te ha
sorprendido la elección de tu microrrelato?
IR: Ha sido un sorpresón
mayúsculo y sería terriblemente injusto no compartir esta victoria
con los otros nueve nominados, amén de muchos otros escritos
formidables que se quedaron por el camino. De todas formas, mi
sensación es que, más allá de gustos personales –y para gustos,
los colores–, no había realmente una historia que sobresaliera con
rotundidad sobre el resto. Cualquiera de los finalistas hubiese sido
un justo, merecidísimo, polémico ganador/a. La suerte rodó de mi
lado esta vez. Sin más.
IM: ¿Eres de los que
escribes cada semana para el concurso de ReC o solo ocasionalmente?
IR: Desde hace un año y
medio he escrito puntualmente cada semana. Hasta dos, tres, cuatro
historias cuando me daba tiempo, por puro placer de aficionado al
“Sudoku literario”.
IM: Escribir un
microrrelato en un plazo de tiempo muy limitado y con una frase de
inicio obligatoria, ¿es para ti un estímulo o un inconveniente?
IR: En mi caso, un estímulo.
Aunque tres días completos –incluso una mañana, cuando la tengo–,
suelen ser tiempo suficiente para que salga algo digno de no tirar al
instante a la papelera. Suele llevarme dos o tres horas formular una
historia para este concurso, y otras dos o tres más pulirla y
modelarla bien. En cambio, “Nostalgia” surgió de un flechazo tan
fulgurante como imprevisto; de algo que no cabía en un relato al
uso, solo en imágenes impactantes y elementos simbólicos que
generaran cierto shock en los lectores. Paradójicamente, me llevó
mucho menos de lo habitual culminar este micro, pero quedé más
satisfecho que nunca.
IM: ¿Por qué y para
quién escribes?
IR: Escribo para mí. Para
divertirme. Para experimentar. Para imaginar situaciones y/o
personajes inverosímiles, mundos de significación diferente. Para
contar de otra manera. Si no me reinvento, me aburro. Y si me aburro,
no escribo. “Nostalgia” nació de ese afán indagador. Me consta
que no es un texto sencillo ni amable y que se ganará detractores
furibundos. No me molesta. No buscaba agradar a todos, sino remover a
unos cuantos: que cada cual reconstruya su propio sentido desde un
prisma diferente al de la razón lineal y objetiva.
IM: ¿Cuándo y cómo
nació tu interés por el microrrelato?
IR: Yo me inicié en la
literatura con la poesía. El tránsito al microrrelato lo hice en
forma de Haikus (tengo por ahí un auténtico “Zoo” perdido entre
mis archivos). Mi afincamiento en el territorio de las microficciones
se debe a partes iguales mi madre, por insistirme tres años para que
empezase a participar en ReC y, por supuesto, al grandísimo Juan
Morán, fundador del blog Esta Noche Te Cuento, a quien debemos tanto
tantos feligreses del género breve.
IM: ¿Escribes solo
microrrelato o tocas algún otro género?
Últimamente solo
microrrelatos. Pero ha llegado el momento –espero que este premio
signifique un punto de inflexión– de intentar el salto a la
narrativa más extensa: bucear en otras estructuras, psicologías,
construcción de tramas... Ese es mi gran reto. Mi gran terror de
amateur que se pierde en sus propios laberintos de más de doscientas
palabras.
IM: ¿Cómo ves el futuro
del microrrelato en papel? ¿Y en la blogosfera?
IR: Debo reconocer que, pese
a ser un casi-joven de casi-treinta y dos años, me sigo considerando
un ciudadano del siglo XX que prefiere el papel a la pantalla (no
tengo E-books ni I-phones, si sirve de ejemplo). Esto me lleva a no
indagar todo lo que debería en blogs especializados, pero me
considero un gran lector de cuantas antologías y monografías
individuales se cruzan en mi camino. Cruzo los dedos por que el
formato papel no desaparezca nunca. Diga lo que diga la gente, el
sueño de todo escritor en ciernes es ver un día corporeizado su
trabajo: que la gente lo huela antes de empezar a leerlo.
IM: ¿Qué libros no
faltan en tu mesita de noche?
IR: Los que me ayudan a
conciliar el sueño con una sonrisa. Eduardo Mendoza suele ser uno
muy recurrente. También Roald Dahl, Ray Bradbury, Quim Monzó, Juan
Bonilla y aquellos que me dejan lleno de imágenes oníricamente
potentes, como mi admirada Ana María Shua.
IM: ¿Tienes algún
proyecto narrativo del que nos puedas avanzar algo?
IR: Para el curso que arranca
este otoño debo escribir un texto largo. Tres tramas ardiendo en mi
cabeza y un verano para decidirme. Todas ellas tienen común un
protagonista joven, una experiencia iniciática, quizás en respuesta
al viaje interno que me falta a mí por completar.
Un libro: ¿Me permitís una trampa? El
Barón rampante, de Italo Calvino, y los Cuentos Completos de
Cortázar.
Un libro de microrrelatos: La mano
de la hormiga, el primero que tuve.
Una canción: Pianoman, de BillyJoel.
Una danza: La mazurca, y todas las
lituanas.
Una película: Un lugar en el mundo,
de Aristaráin.
Una ciudad: Vilna.
Una comida: La lasaña de verduras (de
mi tía Manoli)
Un deseo: Que nunca se me apague el
niño interior.
Un secreto: Me sigue emocionando
–lagrimas incluidas– la escena final de El club de los poetasmuertos: “¡Oh, Capitán, mi Capitán!”.

Me gusta conocer más a Nacho y ver como apuesta, con seguridad y sin complejos, por su micro ganador.
ResponderEliminarEspero que tenga mucha suerte en su nueva andadura como escritor-no-microrrelatista.
Una entrevista entrañable. Felicidades, Nacho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegro haber leído esta entrevista.
ResponderEliminarQue tu andadura te reporte la misma suerte.
Saludos
Muchísimas gracias a tod@s por vuestros comentarios, y a los de Internacional Microcuentista por los maravillosos enlaces que han enganchado en mi canción y en mi secreto. Al que tenga curiosidad por ver a qué asemeja la mazurca, aquí os dejo una joyita.
ResponderEliminarFuerte, fortísimo abrazo!!
NACHO RUBIO
Aquí va el link, sorry ;)
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=-wt0Y_PnE30
Me ha gustado mucho la manera de estar en la entrevista, y sospecho que en la vida, de Nacho. Respuestas inteligentes, originales, maduras y sencillez sin falsa modestia.
ResponderEliminarQué suerte, un colegio sin libros ni exámenes, un colegio que ha superado el lastre de una educación basada en el siglo XIX y que algunos se empeñan en mantener a toda costa.
Felicidades, Nacho. Una entrevista muy interesante con respuesta sólidas.
ResponderEliminarMe ha encantado conocerte mejor, Nacho.
ResponderEliminarGran entrevista campeón.
Felicidades Nacho, ya sabemos un poquito m´s de tí.
ResponderEliminarBesicos muchos.
¡Enhorabuena, Nacho!
ResponderEliminarUn abrazo.
Que sigas disfrutando siempre con tu afición y nosotros con tus relatos, Nacho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sólo gracias... y adelante... esto no ha hecho nada más que comenzar.
ResponderEliminarFelicidades Nacho! Me ha encantado leer esta entrevista, deliciosa y muy bien escrita. Sigue así, vas como una flecha (o como un pulpo de siete patas!). Bendiciones y gracias por compartirlo con nosotros
ResponderEliminarMuchisimas felicidades, Nachete!
ResponderEliminarUn abrazo fuerte y buchkis ;)
Gracias Nacho por compartirte un poquito más en esta entrevista... eres un crack!!!
ResponderEliminarMuy buena entrevista! Me alegra ver que no me había equivocado con Nacho Rubio, una gran persona y un gran escritor por lo que se trasluce en sus palabras.
ResponderEliminarTe deseo lo mejor en tu salto a +100 palabras ;)
Comparto un pequeño guiño a Nacho y su "Nostalgía":
http://compartepositivo.blogspot.com.es/2013/07/el-pais-de-las-sirenas-y-de-los-vateres.html
Muy buena entrevista! Me alegra ver que no me había equivocado con Nacho Rubio, una gran persona y un gran escritor por lo que se trasluce en sus palabras.
ResponderEliminarTe deseo lo mejor en tu salto a +100 palabras ;)
Virginia
Comparto un pequeño guiño a Nacho y su "Nostalgía":
http://compartepositivo.blogspot.com.es/2013/07/el-pais-de-las-sirenas-y-de-los-vateres.html
Me encantó conocerte un poquito más. Enhorabuena, de nuevo, por ese Nostalgia. Y a seguir escribiendo.
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