Aldo Flores Escobar (México, D F, 1984). Licenciado en Creación literaria; autor de dos novelas inéditas: El coleccionista de epitafios (Las cien y una minificciones de una novela) y Orgía con las sirenas; estuvo a cargo de la dirección técnica en Futbol en breve. Microrrelatos de jogo bonito, Puertabierta Editores 2014. Actualmente realiza otra novela de nombre Las palabras más cultas y por otro lado hace un estudio a la pequeña ficción “A Circe”, de Julio Torri, el trabajo lleva por nombre: Una visita a la isla de Circe. A cien años del primer microrrelato mexicano.
IM: El Mundial de Fútbol celebrado en Brasil este año fue una buena excusa para lanzar Fútbol en breve, antología de microrrelatos dedicada al fútbol exclusivamente. Cuéntanos cómo fue esa experiencia, el proceso de antologista, todo lo que se ha derivado de esa aventura.
AFE: Un año antes de que iniciara el Mundial en Brasil tenía la idea de realizar un encuentro futbolístico entre escritores de diferentes países y el microrrelato fue el género literario que se prestaba para poder reunir a una gran cantidad de autores en un libro; así que me di a la tarea de comenzar la investigación para redactar la introducción, los comentarios de medio tiempo y la muerte súbita; lancé la convocatoria y recibí el apoyo de muchos amigos escritores que confiaron en la propuesta, aunque también hubo literatos que declinaron la invitación porque se trataba de futbol (en México, a diferencia de otros países de habla hispana, no acentuamos la palabra futbol).
Cuando la antología estuvo terminada me di a la tarea de buscar una editorial, pero no se interesaron en el proyecto; me sentí triste; había invertido mucho en la investigación y en la elaboración del jogo bonito, el trabajo ya estaba listo y faltaba poco para iniciar el Mundial; en tanto se acercaba más la fecha platiqué con mi maestro y amigo Javier Perucho, quien me pidió que hablara con la Internacional Microcuentista para que el trabajo se conociera en formato digital; la IM aceptó con gusto y la antología se difundió el día en que comenzó la justa futbolera en Brasil.
Después de ello el escritor mexicano Alfredo Hermosillo me sugirió que hablara con Puertabierta Editores para que lanzara el formato en libro impreso y así sucedió; lo malo fue que se publicó muchos días después de que comenzara el Mundial y ya no se promovió como yo lo deseaba.

AFE: Creo que todo resulta atractivo en el microrrelato, desde el futbol hasta las sirenas. Si se me permite, confieso que mi interés por esos seres fantásticos vino desde que mi bisabuelo me contaba historias de sirenas que se aparecían en un ojo de agua que había en la región donde vivo, San Andrés Mixquic, lugar por donde cruzó Hernán Cortés en su ruta rumbo a Tenochtitlán y donde existían hermosas chinampas que parecían “jardines flotantes”; Mixquic era zona de agua, las casas emergían en pequeños archipiélagos donde alrededor los habitantes tenían sus cultivos de hortalizas. Yo era un niño cuando mi bisabuelo, Pedro García, me contaba acerca de las sirenas y me di a la tarea de visitar, con temor, aquel ojo de agua donde ocurrían las supuestas apariciones, y por fortuna nunca vi algún manatí porque supongo que no hubiera vivido para contarlo.
Más bien mi encuentro con las sirenas fue cuando curioseaba los libros en la biblioteca de la UACM y ahí me encontré con Yo no canto Ulises, cuento. La sirena en el microrrelato mexicano, de Javier Perucho, y quedé fascinado; desde entonces quise elaborar una novela, recurriendo al microrrelato para estructurar la trama, y de ahí surgió la idea para Orgía con las sirenas, cuyo argumento principal gira a través del siguiente microrrelato:
LA CRISIS DE LOS PESCADOS
Llegó el día en que los hombres no tuvieron más peces qué atrapar entre sus redes; llegó el día en que los pescadores pasaban las tardes enteras en las costas hasta llegar el alba; entonces los días y los meses corrieron como el agua. Y la esperanza absorbía el hambre, y el hambre inquietaba a los hombres, y se acabó la esperanza de los hombres hambrientos quienes comenzaron una feroz cacería de sirenas.
IM: Cuéntanos en qué consiste El coleccionista de epitafios. ¿Cómo es eso de las cien y una minificciones de una novela?
AFE: El coleccionista de epitafios es la novela, acompañada de una tesina, con la que me titulé como licenciado en Creación literaria por la UACM y cuenta la historia de un simpático personaje: Markcleinsteinvirovovich Unamunvanderhidrominsef Terramonclockdespenvindrade, quien ya no reconocía su nombre porque la gente prefería llamarlo con simpleza “M”; aquel hombre era un coleccionista de epitafios, quien se pasaba los días visitando los cementerios de la ciudad de Amotla. La historia está contada con 101 minificciones; en consecuencia, la novela es una historia, pero a la vez es muchas historias (como Cortázar decía en Rayuela) porque cada minificción es independiente y a la vez cada minificción se entrelaza con el resto para armar una historia; donde por cierto los personajes debaten acerca de la minificción y además existe un cuento inconforme que no acepta que lo cataloguen dentro del género híbrido porque él afirma que su autor lo dejó inconcluso y no es una obra maestra como los teóricos piensan, por ello tiene encarnizadas discusiones con un investigador del género.
El coleccionista de epitafios comienza de la siguiente manera:
INVITACIÓN
El libro que tiene en sus manos, estimado curioso, disfrútelo bajo una advertencia: sus 160 páginas están diseñadas para ser leídas en el transcurso de quince días, en dicho lapso quedará sometido a la trama. Le resultará imposible hacer sus necesidades fisiológicas; no conseguirá cerrar los ojos, dormir, reír o enojarse; no podrá acudir a ningún otro lugar que no sea el imaginario. Y si usted no realiza la lectura en quince días, con todo y sus noches, como lo marca el veredicto, quedará atrapado en la historia de por vida.
Una vez leída esta invitación ha comenzado con el reto. Suerte.
IM: En La Internacional Microcuentista hemos contado con la fortuna de conversar con autores de todos los países a través de estas entrevistas, sobre todo de España y Argentina, pero sorprendentemente, el gran aporte ha sido de México. ¿Por qué crees que tu país tiene tanto interés en el género y por qué tantos autores lo han abordado en su obra?
AFE: Quizá porque Dolores M. Koch centró su tesis de doctorado en los escritores mexicanos, hace ya casi 30 años; asimismo, Edmundo Valadés le dio seguimiento al estudio y Lauro Zavala ha realizado grandes aportaciones al género de las brevedades; las teorías literarias provenían de Europa, pero a partir del microrrelato muchos de los estudios teóricos se están realizando en esta parte del mundo y en México no queremos dejar pasar la oportunidad de aportar estudios e inventiva en torno a la ficción súbita, tenemos muchos escritores del siglo XX y XXI que han cultivado el género.
IM: Atrévete a lanzar una lista de infaltables para una biblioteca de todo aquel que quiera entender la dimensión del microrrelato.
AFE: El microrrelato en México: Julio Torri, Juan José Arreola y Augusto Monterroso, Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), tesis de doctorado de Dolores M. Koch; Ensayos y poemas, de Julio Torri; La feria, de Juan José Arreola; Viaje al centro de la fábula, de Augusto Monterroso; El libro de la imaginación, de Edmundo Valadés; “Ronda por el cuento brevísimo”, artículo de Edmundo Valadés; Cuentos breves y extraordinarios, de Borges y Bioy Casares; Minificción mexicana, de Lauro Zavala; Dinosaurios de papel. El cuento brevísimo en México, de Javier Perucho; “Los mecanismos de la brevedad: constantes y tendencias en el microcuento”, de Raúl Brasca (puede consultarse en El Cuento en Red. Revista Electrónica de Estudios sobre Ficción Breve, número 1, 2000); “Viaje al centro de un dinosaurio”, de José Luis Martínez Morales (puede consultarse en El Cuento en Red. Revista Electrónica de Estudios sobre Ficción Breve, número 2, 2000); El microrrelato. Teoría e historia, de David Lagmanovich.
Son algunos de los textos que han sido de suma importancia en mi acercamiento al género.

AFE: Publicar en formato digital es un medio por el cual mucha gente conoce tu trabajo, pero para mí resulta muy difícil leer en ese formato, se me cansan mucho los ojos.
Realizar una antología en formato impreso es muy difícil porque se tiene que invertir mucho dinero. En el caso de Futbol en breve, en cuanto hice las cuentas para los gastos de envío a los colaboradores del extranjero vi que me salía en un gran costo, pero lo grandioso es que muchos escritores me han ofrecido su apoyo y nos hemos organizado para reducir los gastos, ése es un auténtico trabajo en equipo. Me llegaron 50 ejemplares la semana pasada y comencé a repartirlos, algunos autores visitaron la Ciudad de México y aproveché para entregarles sus regalías; y poco a poco entregaré los libros a los 111 escritores y escritoras que participaron; hasta que cada uno de ellos y ellas tenga su libro estaré más tranquilo.
IM: Es evidente que te apasiona la literatura, pero, ¿qué más te interesa y a qué otras cosas dedicas tu tiempo?
AFE: Por las mañanas corro rumbo a una pequeña montaña que está cerca de donde vivo y respiro el aire puro; soy aficionado al boxeo y hace unos años me inscribí en un gimnasio, pero lo abandoné porque no estaba en condiciones para entrenar, tenía lastimada la columna vertebral y eso me impidió practicar ese deporte; ahora me conformo con que estoy realizando un proyecto llamado “Knockouts en el primer asalto. Microrrelatos en el ring”
Me titulé como licenciado en Creación literaria, pero ejerzo la profesión de músico (y eso que soy músico aficionado); he sido vocalista y guitarrista líder en algunos grupos de heavy metal, rock pop y balada; así que mucho tiempo estoy memorizando letras de canciones, escalas, arpegios, etc.; le debo mucho a la música; con lo que ganaba tocando en los cafés y en las fiestas me ayudaba para solventar mis gastos en la universidad. No puedo dormir sin antes escuchar algunas canciones y adoro la música clásica, admiro a Vivaldi.
Leibniz decía que “La música es un subrepticio ejercicio de metafísica donde el ánimo no sabe que filosofa.”
Un libro: Morirás lejos, de José Emilio Pacheco.
Una película: The Pianist, de Roman Polanski.
Una canción: “Preciso me encontrar”, del compositor brasileño Cartola.
Una comida: Mixmole, comida regional de Mixquic, se prepara con tomate manzano mezclado con serranos para hacer una salsa verde; se guisa con pescado, nopal y acelgas, yo prefiero el platillo con espinacas, ¡fibra total!, da mucha energía.
Una ciudad: Sin duda la caótica Ciudad de México.
Una confesión: No sé bailar.
Un amor platónico: …
Un epitafio: El autoepitafio de Moliere, que dice: “Aquí descansa Moliere, el rey de los actores; ahora la hace de muerto y vaya que lo hace bien.”
Un equipo de fútbol: Al igual que Juan Villoro me fasciné con el equipo mexicano los “Rayos” del Necaxa, que dominaron la liga en los años 90s y a quienes se dice que los tuvieron que bajar a la segunda división porque les estaban quitando popularidad a las “Águilas” del América.
Excelente entrevista, muy animada y jacarandosa.
ResponderEliminarGracias Esteban; gracias don Aldo.
JP, desde Axolotitlan, otro pueblo de aguas.