Vosotros no lo llegasteis a conocer, niños, pero nuestro padre siempre contaba la misma historia esta noche: la de aquella vez que naufragó y fue a dar, cogido a un tronco, a tierras donde ni siquiera existe el hielo.
Los salvajes que las habitan, decía, mantienen la absurda creencia de que existe un solo dios, y de que ese dios es al mismo tiempo ser todopoderoso y persona. En estas mismas fechas, según él, celebran su nacimiento, de madre humana, en algún lugar de oriente. Como si en oriente existieran dioses o personas.
Pero lo que sorprendió a nuestro padre es que esa celebración consiste en reunirse con sus familiares alrededor de una hoguera. En celebrar banquetes donde comen, beben, ríen e intercambian regalos. En visitar a los parientes de aldeas cercanas o lejanas y recordar a quienes, como él, ya no dejan huellas al pisar la nieve.
Si no fuera por el espantoso calor y la suciedad de sus cabellos y sus pieles, aseguraba, uno no diferenciaría entre la celebración de los bárbaros y la nuestra. Hasta el punto de que allí también sientan a los forasteros junto a la hoguera y no consienten que sus tripas queden vacías o sus gargantas secas de bebida y de canciones.
Hay quien piensa que durante su naufragio no llegó a perder de vista el hielo, y que esta cruz de madera que esgrimía como prueba de sus días de celebrar entre los bárbaros, la talló él mismo escondido en el bosque.
No puedo ni afirmarlo ni negarlo, pero sí recordar lo que respondía: "¿Acaso si ahora mismo apareciera un bárbaro agarrado a un tronco no le dejaríamos un lugar junto a la hoguera? ¿No compartiríamos con él nuestra comida, nuestra bebida y nuestras canciones? ¿No le contaríamos las historias de nuestros antepasados?"
Exacto, niños: eso decíamos todos.
Guillermo Cabrera Infante y Miguelángel Flores serán los encargados de publicar los últimos cuentos del año en la Internacional. Coman, beban y rían sin mesura, y no olviden asomarse a la ventana por si hubiera algún náufrago sin tronco y sin ventana.
Volveremos a estar con ustedes el 7 de Enero. No se olviden, que pasamos lista.
¡Feliz Navidad y próspero 2015!
Jo, pues no estará NADA mal para terminar mi año: de nuevo en esta casita humildemente internacional, que tan bien me ha tratado.
ResponderEliminarAbrazos, con sabor ya a mantecao.