Comité Editorial

23 de diciembre de 2014

Sobre vuelos

     El día que el vendaval se llevó a Germán, la vida empezó a ser otra. Mamá se varó en el lamento de haberlo subido con ella a tender a la azotea. Y allí se quedó. Papá, que había salido a buscarlo, volvió con una grulla, dos palomas, una cometa y un racimo de globos descoloridos. Pero no era lo mismo. Germán había dejado un vacío muy grande difícil de llenar. A veces, asomados a la ventana, lo veíamos pasar volando. Lo llamábamos a gritos y él saludaba como si fuera en autocar.
     Una tarde otoñal el viento lo dejó en la puerta. Lo abrazamos todos. Menos papá, que se había ido de nuevo a buscar cosas que volaran. Germán había crecido un palmo y estaba despeinado. Nos contó cómo era el mundo, pero desde arriba. Altanero. Mamá seguía lamentándose de lo de la azotea. De nada servía que Germán diera saltos ante ella diciéndole que había aterrizado. No volvió a ser la misma. Él tampoco, se creía muy volátil. Y alardeaba de ello. Pero el que más cambió fue nuestro padre, que nunca regresó y nos conformamos con un señor que vivía enfrente. Y no se parecía en nada.


Miguelángel Flores: De lo que quise sin querer. Talentura, 2014.

4 comentarios:

  1. Un gran vuelo de la imaginación para la imaginación.
    Feliz Navidad a todos internacionalesmicrocuentistas.

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  2. Una alegría ver de nuevo por aquí a Miguelángel, con sus afectos revoloteados, místicos y terrenales a la vez.
    Felices fiestas, Inter.

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  3. Gracias, Patricia, Guiller, Susana. Estos días intenté entrar y me lo denegaba. Y es que estaban de obras, fíjate que limpio y reluciente que lo han dejado todo. Yo he hecho lo mismo con los armarios de la cocina.
    Felicidades, IM.

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