Comité Editorial

21 de octubre de 2012

Semana del 22 al 28 de Octubre de 2012.



Mármol. El metro de Moscú. Un anciano desdentado que se acerca y pregunta: ¿Se lo imagina? Y, sin darte tiempo a responder, menea la cabeza: No, no se lo imagina.

Y puedes preguntar: ¿qué? o bien no preguntar nada. Su respuesta será la misma:

¡Pumba! Estalla la Primera Guerra Mundial. Y allá que nos ordena ir el Zar: ¡a que nos acribillen! Menos que animales éramos para esa gente.

¿Y en la retaguardia? Casi peor. Hambre. Y un frío de mil demonios. Cadáveres y desesperación en todas direcciones y ¡plaf!: se desencadenó la Huelga General.

Y ¡pum! ¡pum!: la policía mata gente. Y la gente mata policías. El Zar llama al ejército pero después de la primera noche se une al enemigo: el Consejo de Trabajadores de Petrogrado.

Y el Zar va y abdica en su hermano. Pero él no quiere saber nada. Los liberales y los socialistas constituyen el Gobierno Provisional. Y sacan de la cárcel a los presos políticos. Y establecen la libertad de prensa y los derechos civiles. Y prometen la jornada de ocho horas, el reparto de tierras y el fin de la guerra.

Y en las calles, colaborando con el gobierno y vigilándolo de cerca, los Consejos de Trabajadores y Soldados. Y dentro de ellos, todavía en franca minoría, hombres con nitroglicerina en lugar de sangre: los bolcheviques.

El calendario corre. Pero las promesas del Gobierno Provisional no terminan de sobrepasar el papel. Los soldados desertan. Y Lenin vocifera que la panda de soplapollas que nos gobierna jamás dará al pueblo lo que es suyo. Todo el poder debe ser para las asambleas. ¡Todo el poder para los Consejos de Trabajadores y Soldados!

Y los soldados de Petrogrado se niegan a marchar al frente. Y la represión se desata sobre bolcheviques y obreros. Y Kornilov: bum-bum-bum: disparando sobre los soldados que se niegan a luchar.

¡Todos tienen una mano en el timón! ¡Todos quieren dirigir el rumbo de la gran nave de la nación! ¡Zaristas! ¡Militares! ¡Bolcheviques!

Kornilov decide marchar sobre Petrogrado y acabar de una vez con el sindiós. El Gobierno Provisional se encoge de hombros. Los bolcheviques se colocan al frente del Consejo para defender la capital. ¡Y repelen a Kornilov!

Aquella madrugada del 24 al 25 de octubre del que solía ser nuestro calendario, aquel año demoledor que fue 1917, el Consejo de Obreros, Marinos y Soldados de Petrogrado toma el Palacio de Invierno.

¿Y sabe qué? Nadie lo notó. Las tiendas y las cafeterías permanecieron abiertas, los tranvías seguían circulando. La primera vez que los desgraciados y los parias de la tierra logran hacerse con el poder en una nación y apenas nadie está mirando, ¿se lo imagina? ¿Lo puede imaginar?

Nosotros tampoco.

Desde la primera línea, esta semana lanzarán sus proclamas Julio Ortega, Ricardo Virhuez Villafane y Esteban Dublín. El sabio Jean Louis Cifec expondrá sus revolucionarias teorías sobre la microficción, Entrevistaremos a Roberto Perinelli, y visitaremos un buen lugar donde conspirar: el Café Murmullos. 

1 comentario:

  1. Prometedora semana, por lo que leo.

    Ese anciano creo que tenía todas las respuestas, y es que nunca miramos, no nos enteramos de lo que sucede más allá de nuestras narices, y a veces ni eso.

    Saludos,

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