General: (Señalando al prisionero). Primero, le cercenas los dedos de la mano; luego le mutilas los pies y le cortas la lengua. (Se dispone a salir). Ah, intenta que no sufra.
Sargento: (Con preocupación) ¿Y los ojos, la cabeza?
General: Mañana.
Rony Vásquez Guevara, Cuaderno de pulgas, Editorial Pohemia Lux, Lima, 2011.

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