Comité Editorial

11 de noviembre de 2012

Semana del 12 al 18 de Noviembre de 2012.


No hacen falta detalles: les conozco. He visto a cientos como ustedes.

Recién casados, ¿lo adivino? Turistas de paquete completo: ruta por el Cairo, paseo por el Nilo, y fotografías al píe de la Esfinge y las pirámides, ¿me equivoco?

Claro que no. Igual que apostaría la vida a que están hartos de escuchar las maravillas de la civilización egipcia. Sus prodigios arquitectónicos, su compleja escritura, su arte exquisito. Su ineludible legado en materias como la matemática, la astronomía o la medicina.

Paparruchas. Y falsedades.

El mayor legado de la civilización egipcia fue otro. Y sucedió aquí mismo, en el Valle de los Reyes, el día en que los obreros que trabajaban en la construcción de las tumbas de todos esos grandísimos hijos de puta decidieron declarar la primera huelga de la Historia.

Por entonces le tocaba mandar a Ramses III. Como todos los de su estirpe, malgastaba los recursos del país en guerrear, vivir a todo tren y construir tumbas faraónicas.

A los obreros se les pagaba con retraso. Cosa grave, teniendo en cuenta que el salario de la época consistía en alimentos. Para colmo, la podredumbre iba acompañada de la merma; una legión de funcionarios, a imagen y semejanza del faraón, vampirizaba a los obreros.

Hasta que un buen día, un 14 de noviembre de 1152 A.C, más que hartos y hambrientos, decidieron no volver a tocar una herramienta hasta que no se les pagara lo que se les adeudaba. Se manifestaron, ocuparon templos y acamparon en complejos funerarios. Tan obstinada y fiera fue su negación que los sacerdotes, los funcionarios del gobierno y la policía salieron huyendo.

Y así hasta que tres días más tarde, las autoridades les hicieron entrega del salario, sumados los atrasos.

Ya lo saben: cuando les quieran hacer creer que el legado más importante del antiguo Egipto consistió en cosas tan nefastas como las pirámides o las matemáticas, deben levantar el dedo índice, moverlo de derecha a izquierda y responder: NO. Lo mejor que nos dejó la civilización egipcia fue la huelga, dignísima herramienta de la clase trabajadora, que sirve para demostrar a los faraones de ayer, hoy y siempre que, solo con cruzarse de brazos, los obreros pueden echar abajo cuantas pirámides y civilizaciones se les pongan por delante.

Esta semana expondrán sus microcuentos Orlando Mejía Rivero, Manuel Moya y Rony Vásquez Guevara. Desde la Internacional Microcuentista, queremos mostrar nuestro apoyo a los trabajadores de Grecia, Portugal, España y Bélgica que este 14 de noviembre, 3164 años después, recordarán a sus compañeros del antiguo Egipto yendo a la huelga.

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