Sentido sin alguno, de Agustín Martínez Valderrama.

     Ya desde la contraportada, Sentido sin alguno resulta un libro sorprendente. En ella se afirma que se trata del primero de Agustín Martínez Valderrama. Afirmación que, tras leer el libro, parece una ficción más de las muchas que propone su autor, donde uno transita por paisajes en los que llueven suicidas, corren perros de aire y vuelan mujeres atragantadas con metáforas, entre multitudes que guardan silencio para escuchar las últimas palabras de las cabezas recién cortadas por la guillotina.

     Con tanta imaginación como maestría, Agustín Martínez Valderrama nos introduce a una irrealidad cotidiana o a una cotidianeidad irreal, donde el absurdo es un elemento más de la normalidad. Un salto mortal narrativo que nos trae ecos de Kafka o de las vanguardias europeas —desde la patafísica a dadá—, donde el autor demuestra un amplio dominio de los resortes de la microficción. La interpelación a la imaginación del lector, la descripción de escenas y paisajes con muy pocas pinceladas y los finales inesperados o cortantes, se unen a la riqueza argumental, el sentido del humor y algunas gotas de crueldad, para llevarnos a saborear un cuento tras otro y quedar con ganas de más. 

     A destacar el uso que Agustín Martínez Valderrama hace del lenguaje. Desde una elegancia sin adornos, donde no sobra ni falta una palabra, el autor es capaz de transitar entre diversos registros, del más llano al más poético, que se ajustan perfectamente a la historia que pretende contar y que dibujan un estilo tan variado como personal. Y es el estilo, junto a el uso de hilos invisibles que unen unos microrrelatos con otros, el que contribuye a que un libro como este — un libro con tal variedad de tiempos, personajes y mundos—, trasmita una sensación de unidad y coherencia sabiamente hilvanada.

En definitiva, si la editorial Talentura y el autor afirman que es el primer libro de Agustín Martínez Valderrama no tendremos más remedio que creerles. Pero nadie lo diría, a juzgar por la calidad de la obra.

Agustín Martínez Valderrama: Sentido sin alguno. Editorial Talentura, Madrid, 2012.