Por más que
se esfuerza, no termina de creérselo.
Sentada
alrededor de la mesa, pendiente de la bola de cristal. Agarrada a la Nuri y sus
rulos con una mano y a la Juana y su visón de imitación con la otra. Y
Remedios, la panadera, ejerciendo de médium. Haciendo como que tiembla, sufre
espasmos, y se ve sobrecogida por fuerzas de ultratumba.
No… Es
demasiado cómico. Demasiado ridículo.
Aunque debe
reconocer que imita perfectamente su voz cuando pregunta: ¿De verdad estoy
muerta?
Fernando Remitente, Teoría del Mínimo Relato, 2012.
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