Una mujer camina desconsolada por el
aeropuerto de Heathrow. Acarrea, en una urna metálica, los restos mortales de
su hijo. Se propone esparcirlos sobre la lápida de la que fue su amada. Un
gesto de amor más allá de la muerte.
Un final muy romántico… Siempre que
desconozcas el resto de la historia.
Retrocediendo unos días, verás a la
misma mujer calentando una dosis de heroína. La misma que enviará a su hijo al
otro barrio.
Retrocediendo unos meses,
encontrarás el cuerpo de la que fue su amada. Descansa en un charco de sangre,
con un cuchillo atravesado en el vientre.
El muchacho no recuerda haberla
matado: pasaron la noche mezclando alcohol y heroína, y todo cuanto sabe es que
el cadáver estaba ahí cuando él abrió los ojos.
A los policías que le detienen no
les cuesta reconocerle. Se trata del bajista de la banda de punk más famosa de
todos los tiempos. No tiene la menor idea de tocar, pero es la imagen viviente
de su mensaje nihilista y destructivo del punk: un delincuente juvenil, un
asesino bien parecido, una pistola del sexo.
El 2 de febrero de 1979, con 21 años
de edad, decide inyectarse la última estrofa de una canción conocida. Vive
rápido, muere joven, y deja un bonito cadáver.
Una mujer camina desconsolada por el
aeropuerto de Heathrow. Pretende cerrar la historia con un broche de
romanticismo, un gesto de amor más allá de la muerte. Va tan absolutamente
colocada que se desploma, la urna le resbala de entre las manos, y las cenizas
de su hijo acaban esparciéndose por el suelo de la terminal. Los servicios de
limpieza aspiran y barren los restos del bajista de la banda de punk más famosa
de todos los tiempos. Sid Vicious acaba en un cubo de basura.
Un final, qué duda cabe, bastante
adecuado para una historia punk.
En la Internacional Microcuentista,
más que apostar por una vida breve, apostamos por la vida de lo breve. Esta
semana tendremos los relatos de Ángel Olgoso, Jesús Arribas Navarro y Víctor
Lorenzo Cinca, y una colaboración muy especial, la de Mar Horno, que nos
hablará sobre el siempre polémico tema de los concursos literarios. Y, hablando
de concursos: mañana, día 28, termina el plazo de votaciones de los Premios 20blogs, donde la Internacional Microcuentista participa en la categoría de Cultura
y tendencias (aquí). Si todavía no has votado, ¡anímate a participar!
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