Comité Editorial

28 de febrero de 2013

Breve entrevista a Rogelio Ramos Signes

          Rogelio Ramos Signes nació en San Juan, en 1950. Vivió en Rosario, provincia de Santa Fe, en los años 60; y reside en Tucumán desde 1972. Ha publicado una docena de libros, entre los que se destacan Las escamas del señor Crisolaras (cuento, 1983), las nouvelles Diario del tiempo en la nieve (1985) y En los límites del aire, de Heraldo Cuevas (Premio “Más Allá” a la Mejor Novela de Ciencia Ficción publicada en la Argentina durante 1986), el libro de poemas Soledad del mono en compañía (1994), los volúmenes de artículos en ensayos Polvo de ladrillos (1995), El ombligo de piedra (dos ediciones en 2000 y 2001) y Un erizo en el andamio (2006), en la novela para jóvenes En busca de los vestuarios (2005). En relación al microrrelato, ha publicado Todo dicho que camina (Universidad Nacional de Tucumán, 2009), una novedosa colección de microficciones basadas en dichos populares.
Colabora con publicaciones de la Argentina, España, México, Colombia, Venezuela, Chile, Francia y los Estados Unidos. Parte de su poesía ha sido traducida al francés, y parte de su narrativa, al inglés. Ha coordinado talleres literarios y ha dictado conferencias sobre temas inherentes a la literatura en diversos encuentros y congresos.

 IM: Como escritor, has incursionado previamente en la poesía, en el cuento tradicional y en la nouvelle. ¿Cuándo y donde surgió tu interés por la microficción?
RRS: Mi interés por la microficción se remonta a mis comienzos como escritor. Siempre tuve en cuenta el parentesco del microrrelato con la poesía, en lo que respecta a la precisión en la búsqueda de palabras; y sobre todo con la poesía narrativa que yo practicaba. Por eso es que ya en 1974 publiqué cuatro microrrelatos en la revista mexicana “El cuento”, con el consentimiento de Edmundo Valadés y Juan Rulfo. Todavía recuerdo sus comentarios.

IM: ¿Cómo suele ser tu proceso creativo para escribir microrrelatos? ¿Es diferente al que utilizas para escribir otro tipo de textos? ¿Qué cosas te inspiran?
RRS: Como soy una especie de todoterreno, los géneros literarios no me desvelan. Lo que me gusta es resolver un texto, dentro de cualquier disciplina; y, por supuesto, me fascina la página en blanco. Me gusta encarar la literatura como un juego. En este momento, por ejemplo, estoy produciendo textos que puedan ser leídos como poesía y también como microrrelatos, sin tocarles ni una coma. No es prosa poética, aclaro. Hay escritores que creen estar haciendo microrrelatos, pero en verdad hacen prosa poética, ya que sus textos nada relatan.

IM: ¿Qué importancia crees que tiene hoy la microficción en la provincia de Tucumán? ¿Cuáles crees que son las perspectivas del género en Argentina y Latinoamerica para los próximos años?
RRS: La microficción tiene una gran importancia en Tucumán; considerablemente más que en cualquier otro punto del país, por lo que vengo apreciando desde hace años. Creo que tenemos la maternidad más experimentada para parir microrrelatistas. Lo resultados, por supuesto, son muy variados; pero está el empuje y la necesidad de expresarse desde esa disciplina. Me parece que las perspectivas del género para Argentina y Latinoamérica son que, ante el desmedido crecimiento, tendrá que venir un período de decantación, por parte de los escritores pero sobre todo por parte de los lectores. Tal vez corresponda a los teóricos ser más estrictos con respecto a las características del género ya que, ante la avalancha de textos breves, pasar gato por liebre es una práctica corriente, muchas veces debido al desconocimiento. Muchos libros de microrrelatos incluyen aforismos, chistes y frases ingeniosas que nada tienen que ver con el género.

IM: Como lector, ¿cuáles dirías que son los libros o autores infaltables en una biblioteca de un escritor que se quiere dedicar a la microliteratura?
RRS: Ahí tendríamos que hacer una división entre los libros más visitados por los microrrelatistas (La Biblia, Don Quijote de La Mancha, Las Mil y Una Noches, cuentos de Andersen y de los hermanos Grimm, entre otros), porque ayudan al carácter referencial del microrrelato; y aquellos otros que, como modelos y ya dentro del género, no pueden obviarse. Yo necesito volver permanentemente a los micros de Arreola, Monterroso, Aub, Denevi, Valenzuela. Y, como todas las cosas, hay que estar al tanto acerca de lo que escriben los vecinos, de la provincia y del país como mínimo.

IM: Eres uno de los coordinadores de la Asociación Literaria “Dr. David Lagmanovich”. ¿Qué nos puedes contar sobre ella y sus objetivos relacionados con el microrrelato?
RRS: Trabajamos difundiendo el microrrelato (de hecho los integrantes de la Asociación somos casi todos microrrelatistas también), organizando lecturas, dictando conferencias, participando de encuentros específicos y, sobre todo, produciendo antologías y artículos al respecto, además de algunos textos sobre teoría. Claro que, como Asociación, también difundimos otros géneros: poesía y escritos académicos, por ejemplo.

IM: Has ganado varios premios en concursos literarios. ¿Qué consejo les darías a los escritores que participan asiduamente en ese tipo de concursos?
RRS: Que escriban siempre aquello que les plazca; mal pueden gustarle a otros, si no se conforman a sí mismos. Pero, en cualquier caso, no hay que engañarse. Ganar un premio sólo significa que nuestro trabajo ha sido considerado el mejor nada más que por tres o cuatro personas; sólo el jurado. Una vez que los libros se publiquen, circulen y se conozcan, tendremos una idea un poquito más aproximada acerca de si tienen algún valor.

IM: ¿Qué proyectos de creación literaria tienes entre manos? ¿Alguno de ellos está relacionado con la microficción?
RRS: Tengo más de 20 libros inéditos, de los cuales 5 o 6 son de microrrelatos, y sigo produciendo. Como escribo varios textos al mismo tiempo y además colaboro con artículos y comentarios para diferentes publicaciones, no sabría cómo abocarme a un solo proyecto, salvo en la recta final; es decir, en los últimos cien metros antes de entrar en imprenta.

IM: Además de la literatura, ¿qué otras cosas te apasionan?
RRS: La música. Soy un músico frustrado, pero hasta hace 15 años fui un compositor activo. Escucho música todo el día y trato de estar medianamente actualizado; hasta donde la superproducción actual me lo permite.

El libro que lees ahora: La novela “En la pendiente” de Markus Werner, y releo los tres libros de cuentos de Claire Keegan.
Una canción que te gusta tararear: Muchas y muy variadas; pero digamos: “Utopía” de Joan Manuel Serrat.
Una película que verías mil veces: “Aguirre, la ira de Dios” de Werner Herzog.
Un equipo del que festejes un gol: Independiente
Tu comida preferida del menú: Algo sencillo, pero muy difícil de hacer bien: tortilla de papas a la española
Un verso que te hubiera gustado escribir: “La mojada tarde me trae la voz, la voz deseada, de mi padre que vuelve y que no ha muerto” Jorge Luis Borges.
Un/a escritor/a de microficción: Aunque también abordó otros géneros, siempre me quedo con los microrrelatos de Enrique Anderson Imbert.

*** 

AMOR QUIRÚRGICO
Por Rogelio Ramos Signes

          La primera vez que me rompiste el corazón, me operaron y estuve internado hasta después de las Fiestas.
       La segunda vez que me rompiste el corazón, escuché que el médico le decía al instrumentista que estaba cansado de idiotas reincidentes.
            Cuando sientas que es inevitable romperme el corazón por tercera vez, te ruego que lo pienses. Me he quedado sin obra social.

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