Comité Editorial

15 de marzo de 2013

Mutilaciones

            Llego a casa, me acomodo en la butaca y, todavía con los guantes de lana puestos, me voy desatando lentamente los cordones. En la calle hace un frío espantoso. Con la punta del zapato derecho empujo el talón del izquierdo. El zapato cae con un ruido sordo sobre la alfombra, pero mi pie no aparece como de costumbre al final del pantalón. El corte es indoloro y limpio, como en una ilustración de un libro de anatomía. Sin asustarme demasiado repito la operación, con ligeros cambios y algunas dificultades añadidas, pues dispongo de un pie menos, en el otro zapato. Idéntico resultado. No brota sangre de ninguna de las cuatro partes seccionadas. Curioso. Me arrastro por el salón hasta llegar al teléfono. Me quito de un tirón el guante izquierdo para buscar en la agenda tu número pero del final de la manga no surge mi mano. Cojo el bolígrafo con la única mano que me queda y escribo estas líneas. Quién sabe si serán las últimas.

Víctor Lorenzo Cinca

3 comentarios:

  1. Gore pero sin cortes ni sangre. Me gusta mucho el cierre... a ver como sigue, probablemente esté muerto y aún no lo sepa.
    Un abrazo

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  2. Uf, qué im-presionante... Excelente el dibujo de la escena, es posible ver paso a paso lo que ocurre y sufrir una a una las mutilaciones. Al final, el lector tiene ganas de tender la mano y agarrar ese hilillo de vida en forma de línea escrita...
    Besos escalofriados

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  3. Uyyyyyyy como me ha gustado!!
    Besicos muchos.

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