Fisuras en el aire, de Araceli Esteves

    Aunque la norma no escrita recomienda no engullir los libros de microrrelatos de una sentada, una vez empiezas a leer Fisuras en el aire, de Araceli Esteves, es difícil detener la lectura y colocar el punto de libro sin haber devorado los ciento dos microrrelatos que componen esta recopilación publicada por Eugenio Cano Editor. Por suerte, existe la posibilidad de relectura, ahora sí, ya más pausada, más tranquila. 

     Algunos de los relatos que encontramos en este libro, como “Banquete inesperado” o “Emociones a la venta”, nos sitúan de lleno en lo fantástico. Aunque lo fantástico, como se demuestra en “Palabras caídas”, no está necesariamente exento de ternura. En otros relatos, sin embargo, como en “Viaje interestelar” o “La pesadilla de Martita”, el elemento fantástico aparece en una grieta, en el cruce de dos realidades o planos distintos. Porque Araceli busca esa grieta, ese intersticio en la realidad, que nos permite acceder a otro mundo, misterioso y fantástico. Claros ejemplos de ello son “Un mundo sin mí” o “Fisura”, en los que ese otro mundo puede encontrarse en la puerta de una nevera o en un pasillo a oscuras. Es evidente que no es sencillo encontrar esa grieta que nos permite entrar en otras realidades: hay que saber captar lo mínimo, lo imperceptible, como sucede en “De repente un algo”. Hay que estar lo suficientemente atento, o distraído, para hallar es puerta que nos transporta a otros mundos, esa grieta que nos permite hallar el argumento del relato. Porque en ocasiones, como ocurre en “El concurso”, es el argumento quien busca al escritor y no al revés. La visión infantil, presente en algunas de estas piezas, como “Sombras nocturnas” o “La guerra”, también permite el acceso a ese mundo fantástico, aparentemente inexistente. Porque la peculiar visión e interpretación de la realidad por parte de los niños facilita, y mucho, la creación de lo fantástico, lo monstruoso. Como también el mundo onírico, presente en algunas piezas, permite con mayor facilidad el tránsito de un mundo a otro. 

     Las relaciones amorosas o de pareja también son protagonistas en Fisuras en el aire, unas relaciones – en general- contradictorias, destructivas, condenadas al fracaso y poco sinceras. No obstante, algunas veces el amor es visto como algo positivo, alegre, capaz de ofrecer la parte positiva que la vida nos esconde, como en el caso de “Los colores del blanco y negro” o “Invisible, pero no del todo”. Otro de los elementos presentes en algunos de los relatos, “Juego erótico” o “Femme fatale”, es el erotismo. Un erotismo que en ocasiones puede ser dulce y delicado, y en otras puede ser destructivo y violento, aunque no pierde su componente sensual. El tema del doble, otra puerta de acceso a lo fantástico, también está presente en determinadas piezas, como en “Náufrago con suerte” o “Evolución”. Encontramos también referencias u homenajes literarios. “Gremilado por la presión” nos remite al glíglico de Cortázar, y en otras piezas podemos encontrar reminiscencias de la Biblia o Chuang Tzu. Sin olvidar temas recurrentes como el azar, el paso del tiempo, lo que pudo ser y no fue, o la enfermedad, vista desde distintos puntos de vista. Y todo ello aderezado con finas dosis de ironía y humor. 

     Un libro, en definitiva, con el que podemos disfrutar, sí, pero con el que también podemos (y debemos) aprender y aprehender. De lo mejorcito que he leído últimamente en el género del microrrelato. “Este libro merecía ver la luz”, apunta Flavia Company en el prólogo. Totalmente de acuerdo. Y, si se me permite el añadido, merece ser leído y releído.

Araceli Esteves: Fisuras en el aire. Prólogo de Flavia Company. Eugenio Cano Editor, Madrid, 2013.

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Hoy, miércoles 17 de abril a las 20 h.

 tendrá lugar la presentación del libro 

en Literanta Llibres & Café, en Palma de Mallorca. 

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