Isaac Asimov (1920-1992) es un escritor norteamericano de origen ruso que destacó en el campo de la ciencia ficción y la difusión científica. Se licenció en Química, Ciencias y Artes, y obtuvo doctorados en Filosofía y Bioquímica. Fue profesor adjunto de Bioquímica en la Universidad de Boston. Fue un escritor prolífico con más de quinientos títulos. Algunos de sus libros son Yo, Robot; El segundo libro de robots, Trilogía de las Fundaciones: Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación (cuento), Un viaje alucinante, etc. Algunas de sus novelas han sido llevadas al cine.
A continuación presentamos algunas de las frases más conocidas de este genio de la ciencia ficción.
La violencia es el último recurso del incompetente.
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Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho.
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Un sutil pensamiento erróneo puede dar lugar a una indagación fructífera que revela verdades de gran valor.
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Hace falta mucho arte para crear algo que parezca desprovisto de arte.
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Cuanto más cercana a la verdad, mejor será la mentira, y la misma verdad, cuando puede utilizarse, es la mejor mentira.
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En primer lugar acabemos con Sócrates, porque ya estoy harto de este invento de que no saber nada es un signo de sabiduría.
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Sólo hay una guerra que puede permitirse el ser humano: la guerra contra su extinción.
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No tengo miedo a los ordenadores. A lo que tengo miedo es a la falta de ellos.
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Nunca permitas que el sentido de la moral te impida hacer lo que está bien.
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Solamente una mentira que no esté avergonzada de sí misma puede tener posibilidades de éxito.
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Una pistola atómica puede disparar en dos direcciones.
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El hombre más irremediablemente estúpido es aquel que ignora su sabiduría.
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Las tres leyes de la robótica son:
0. Un robot no puede causar daño a la humanidad o, por inacción, permitir que la humanidad sufra daño.
1. Un robot no puede dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos excepto cuando tales órdenes entren en conflicto con la Primera Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia hasta donde esta protección no entre en conflicto con la Primera o Segunda Ley.

José:
ResponderEliminarHe leído bastante de este señor.
Ya fuera ciencia ficción, como divulgación (Soles en explosión debería ser texto obligatorio).
La saga de las Fundaciones se extiende más allá de la trilogía inicial.
Sus relatos son cuentos de mistero, o policiales, ubicados en un tiempo futuro.
Su lectura es muy adictiva.
Un gran abrazo.