Isidoro Blaisten nació en Concordia, Argentina, el 12 de Enero de 1933. Combinaba el ejercicio de la literatura con su oficio de librero de barrio, tras haber sido publicista y fotógrafo de niños. Su amplia obra narrativa se inicia en 1965 con su libro de poemas Sucedió en la lluvia, y desde entonces obtuvo diversos premios literarios.
En 1974, Blaisten publicó El mago, una colección de textos más cortos que los de sus anteriores libros y los agrupa en tres secciones (“Ludo Real”, “Cuentos cortitos así” y “Rosebud”), a las que agregará una cuarta en la reedición de 1991 (“El revés de los refranes”).
Por un lado, los apartados “Ludo Real” y “Rosebud” presentan características similares: relatos de poca extensión en los que se parodia desde la literatura universal (“Hamlet, príncipe de Dinamarca o la dicha de vivir”, “El elefante blanco”, “Melpómene y los tres mosqueteros”) y la fantasía mitológica o maravillosa (“Perduración del loro Fénix”, “El hombre de la bolsa”) hasta el psicoanálisis (“El significado del significado”, “El asceta mendicante”) y el arte comprometido o la literatura erótica (“En el sotobosque del country”, “El por qué de las bombachas rosas o decálogo del escritor bombachista o carta abierta a un joven cuentista de sexo”).
Por lo general, los recursos que utiliza Blaisten para burlarse son la imitación deformada y exagerada de ciertos estilos y la banalización de ciertos temas consagrados al transplantarlos a la vida cotidiana o al sacarlos de contexto e incorporarlos a situaciones en las que su sentido se desplaza creando un clima absurdo o delirante.
Por otro lado, volviendo a las secciones de El mago, “Cuentos cortitos así” funciona como una colección de microrrelatos de pocos renglones… Aquí un ejemplo:
El principio es mejor
En el principio fue el sustantivo. No había verbos.
Nadie decía: "Voy a la casa". Decía simplemente: "casa" y la casa venía a él. Nadie decía: "te amo". Decía simplemente: "amor" y uno simplemente amaba.
En el principio fue mejor.
Y también hay otros muy breves, de 1 o 2 renglones, que podría decirse que son chistes, aforismos o pequeños diálogos con una importante carga de humor. Por ejemplo, estos tres:
Suicidio del descreído: Creer o reventar. Reventar.
El desarrollo y la fe: Sólo los chicos creen. Pero los chicos crecen.
Cuento imposible: Soy tan feliz.
También incluye estos breves diálogos, donde intelectuales y vendedores de garrapiñadas comunican lo mismo pero con distintas expresiones, serie que remarca, una vez más, la intención de desacralizar lo intelectual.
Jessica: Sabés lo que pasa, Samantha, es que es como si lo potenciara negativamente y él lo vivencia mal.
Señora del vendedor de garrapiñadas: El Beto no me anda bien, Pocha.
Finalmente, en la sección agregada en 1991, “El revés de los refranes”, Blaisten incorpora nuevos temas de los cuales mofarse (la corrupción, las cirugías estéticas, la “mano dura”, la corriente “New Age”, la ingenuidad de los votantes y la manipulación de los políticos, etc.) y genera las narraciones a partir de la extensión e inversión de los clásicos refranes del habla popular (“El diablo sabe por diablo pero más sabe por viejo”, “No hay mal que por bien no venga”, etc.).
Qué le hace una mancha más al trigre
Pobre tigre, cuando se dé cuenta de que ya no tiene lugar para otra mancha.
Pobre tigre, cuando se dé cuenta de que ya no tiene lugar para otra mancha.
Blaisten fue considerado uno de los más sutiles cuentistas de nuestro medio, dueño de un extraordinario sentido del humor, un manejo preciso del lenguaje coloquial y relámpagos de fulminante poesía. No se lo pierdan.
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