Comité Editorial

23 de febrero de 2015

Excursión

     Con el amanecer, el cazador salió al campo, con sus perros por delante, oliendo el aire.
     Apenas dos horas después, el cazador ubicó una buena planta de radicheta, que arrancó de la tierra con un certero balazo. Los perros (algo desconcertados, hay que decirlo), fueron corriendo, recogieron la presa y se la entregaron para que la guardara en el morral.
     Al cabo de la mañana había cazado dos zapallos, siete repollitos de bruselas y una importante cantidad de ajíes, verdes y colorados.
     Las perdices, los conejos, los zorros escondidos en sus cuevas y los pumas refugiados en los árboles, que espiaban la excursión con recelo y desconfianza, poco a poco se fueron atreviendo a salir. Los más audaces hasta se cruzaron por delante de la escopeta. Por fin los animales se convencieron: el hombre no simulaba, se trataba de un cazador vegetariano.

Roberto Perinelli, Actos que crean hábito.

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