Pues la verdad es que mi proceso creativo es de lo más primitivo, en el sentido estricto de la palabra: me mueve el origen (que suelo intuir oscuro) de las historias. Por ser gráfico: ante la Muralla China, lo que más me interesa no es la construcción de la muralla ni su presunta grandeza, sino la historia que hay detrás de cada uno de los miles de obreros que la construyeron, de sus desdichas. En las miserias es donde suele estar lo interesante. No reniego de la belleza y la felicidad, pero siempre me parecieron predecibles y aburridas las historias con final feliz (literariamente hablando, se entiende).
Mi historia personal es de lo menos novelesca, quizá por eso desde muy joven escribo historias de personajes a los que les suceden cosas más o menos inquietantes. Empecé a estudiar sociología en la Universidad, pero me aburrí. Luego empecé Informática y me aburrí todavía más, por lo que me puse a trabajar (También me aburro, pero a veces hasta me pagan). Literariamente, siempre he tenido predilección por lo breve, supongo que va en el carácter. 150 palabras me parecen más que suficientes para contar una historia, y pienso que hay demasiadas historias que contar como para dedicarle 500 páginas a una sola. Y no desprecio la novela, desde luego. De hecho, tengo 7 empezadas y guardas que confío en finalizar algún día, pero de momento sus personajes suelen empezar a claudicar a partir de la quinta o sexta página, como si se quedaran sin aire. He llegado a pensar que para finalizar una novela debo dejar los relatos cortos una temporada, igual que a los alcohólicos les recomiendan dejar el wisky para llevar una vida sana. He ganado o sido finalista en concursos de relatos organizados por periódicos como El País, La Razón o ABC, el de RENFE, Caja Ávila, Radio Madrid, La Cadena Ser, el Museo de la Palabra o el Augusto Monterroso. Y por supuesto, como suelo ser agradecido, si a alguien debo el continuar, de manera más o menos regular, escribiendo es a Ficticia, donde empecé a publicar en el 2002 y por donde procuro dejarme caer todos los meses. Y en esas estoy, intentando dejar los microrrelatos para terminar alguna de mis novelas (Aunque, de momento, se me antoja aún más difícil que dejar de fumar).
¿que decirte, sobrino favorito? (Además de que tu gata es tan puta como cariñosa,,..)
ResponderEliminarComo participante de Ficticia, doy fe de que el proceso creativo de José Manuel da excelentes resultados. Un abrazo.
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