Comité Editorial

14 de febrero de 2013

Breve entrevista a Alejandro Bentivoglio

          Alejandro Bentivoglio nació en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires, en 1979. Actualmente vive en el barrio porteño de Palermo. Todos sus libros publicados son de microficción: Revólver Y Otras Historias Del Lado Suave (2006, Letras del Sur Editora), Dakota/Memorias de Una Muñeca Inflable (2008, Letras del Sur Editora), Mágico Histérico Tour (2011, Macedonia Ediciones), Vértigo Verbal del Suicida Reincidente (2011, Macedonia Ediciones), Paul Está Muerto (2011, Macedonia Ediciones), Abcdefghijklmnñopqrstuvwxyz (2011, Macedonia Ediciones), Todo Lo que Dejamos Atrás (2012, 79/59 Ediciones), Ariadna Superstar (2012, 79/59 Ediciones), y La Parca (Bajo el seudónimo de Bjork Altman, en colaboración con Daniel Juárez Dión, 2008). 
          Además integró más de una docena de antologías relacionadas al género, entre las que se destacan: El Límite de la Palabra (Antología del microrrelato argentino contemporáneo), España, Editorial Menoscuarto, 2007 (Edición de Laura Pollastri), Grageas, 100 Cuentos Breves de Todo el Mundo, Buenos Aires, Ediciones Instituto Movilizador de fondos cooperativos C.L., 2007. (Selección de Sergio Gaut vel Hartman), Comitivas Invisibles, Buenos Aires, Ediciones Instituto Movilizador de fondos cooperativos C.L., 2008. (Selección de Raúl Brasca y Luis Chitarroni), Por Favor Sea Breve 2, España, Páginas de Espuma, 2009 (edición a cargo de Clara Obligado), Hostos Review Issue Six, El Microrrelato en America Latina, New York, Hostos Community College, 2010 y Grageas 2, Buenos aires, Ediciones Instituto Movilizador de fondos cooperativos CL, 2010, (Selección de Sergio Gaut vel Hartman).

 IM: Eres uno de los autores de microficción argentinos más prolíficos de los últimos años. ¿Cómo y desde cuando nació tu pasión por el género?
AB: La primera microficción la escribí en 1996, aunque creo que no dejaba de ser un poema en prosa casi. Fue durante 1997 que empecé junto a un amigo, Daniel Juárez Dion, a escribir microficciones propiamente dichas, para lo que muchos años después terminó siendo La Parca. En esa época me llamaban la atención los textos más cortos de Kafka. Pero fue en el 98 o 99 que me interesó realmente la brevedad debido al libro Dentro de Un Embudo de A. F. Molina. Leyendo esas microficciones que abarcaban varias temáticas me terminé de convencer de que era algo con enormes posibilidades. Me pareció que estaba frente a un terreno en el que se podía explorar mucho, que era fértil para todo tipo de ideas y tener la limitación de la brevedad era un desafío mucho más interesante que ramificarse en un cuento o en una novela. 

IM: ¿Qué crees que tiene la microficción para que la elijas por sobre todos los otros géneros? ¿Qué te atrapa de ella? 
AB: Lo que tiene la microficción es la virtud de englobar todos mis intereses artísticos. Puedo abarcar cualquier género. Puedo hacer algo de terror, algo de fantasía, humor negro, estar en el borde del poema en prosa, etc. Y me permite canalizar mis otros intereses en el arte; la música y la pintura. Yo no puedo evitar ver las microficciones como canciones o como cuadros. Son pequeños fragmentos congelados que muestran algo que puede interpretarse de muchas formas diferentes. En la brevedad no es fácil condicionar al lector como puede pasar con una novela o un cuento. Las microficciones permiten textos abiertos al punto de ser imágenes que tengan incontables niveles de interpretación y eso me resulta fascinante.

IM: Has publicado casi una decena de libros de microficción. ¿Crees que exista una relación entre ellos o cada uno es concebido como un universo individual?
AB: La única relación puede ser estilística o las obsesiones propias. Trato de evitar las convenciones del género a la hora de editar, es decir, no me gusta hacer libros temáticos, que parezcan un catálogo de repeticiones sobre un mismo tópico. No agrupo mis textos para que el lector se sienta cómodo sabiendo que todo va a tratar sobre lo mismo. Me gusta la idea del caos en la lectura, de los cambios de clima. Que quien lea pueda saltar de una cosa a la otra, leer el libro por cualquier parte. Justamente como si fuera un álbum de canciones y quisiera adelantar un par de temas. Obviamente el estilo de la escritura empareja todos los saltos que puedan existir dentro del libro, pero no me gusta demasiado la idea de una masa compacta. Incluso el volumen más conceptual que hice que fue Ariadna Superstar, también se permite salir por momentos de las temáticas relacionadas con la mitología griega y la Divina Comedia que cruzan todo el libro.

IM: ¿Cómo suele ser tu proceso creativo? ¿Qué cosas te inspiran?
AB: El proceso creativo, salvo raras ocasiones donde una idea aparece de la nada, suele ser una búsqueda. Sentarme frente a la computadora a escuchar música o ver una película con un archivo de Word abierto y dejarme introducir en un clima. Dejar que las diversas expresiones artísticas influyan sobre mis emociones e ideas y ahí empezar a escribir de textos de ensayo, haciendo prueba y error, hasta que algunas microficciones queden en un estado razonable. Luego esos textos los dejo estar un tiempo sin revisarlos para retomarlos meses después y hacerles los cambios que sean necesarios. 

IM: ¿Dirías que existe una relación entre tu blog Dakota y tus libros? ¿Fue un salto del blog al papel o al revés?
AB: La relación que existe es que publico varios textos de mis libros en el blog. Pero primero está el papel. El blog es una reproducción de los libros, con agregados de textos nuevos. En estos tiempos que editar no significa que uno vaya a ser leído, porque las editoriales pequeñas no tienen ni capacidad de hacerse publicidad, es una buena forma de mostrar lo que uno hace y tener contacto inmediato con los lectores. Tiene esa posibilidad de una interacción muy rápida. Que alguien le diga qué le gusta o qué no le gusta de un texto, sin tener que comprarse el libro entero. 

IM: En el último tiempo, has experimentado en la escritura a cuatro manos y en las reversiones de microficciones de otros autores. ¿Cómo surgieron esas ideas? ¿Qué puedes contarnos de esa experiencia?
AB: Es algo que vengo haciendo desde que empecé a escribir casi. Calculo que siempre por lo mismo, por mi visión musical del mundo. Me parece que de la misma manera que se forman bandas donde varios componen y crean, en la literatura puede hacerse lo mismo. Tiene sus lados buenos y sus malos. Por el lado bueno, permite explorar y experimentar nuevas ideas, cuando uno se conecta con el otro escritor, que me ha pasado con varios. Ahora, lo malo es cuando no hay puntos de contacto en la visión estética y entonces queda un hibrido que no vale mucho. Aunque igual, siempre terminará sirviendo como ensayo para algo futuro.

IM: Usas Twitter, tienes Facebook. ¿De qué manera crees que influyen hoy las nuevas tecnologías en la microficción?
AB: Influyen en forma positiva y en forma negativa. El lado positivo es que permiten conocer obras más fácilmente, conectarse con otros escritores, desarrollar proyectos (por ejemplo a través de internet conocí a la maravillosa artista Medusa Dollmaker cuyos trabajos ilustran algunas tapas de mis libros y nunca nos hemos visto en persona, algo que en otros tiempos hubiera sido sumamente dificultoso), etc. Es decir, ya cuenta menos el factor de tener dinero para costear un libro o de peregrinar de editorial en editorial para ser publicado. Y la colaboración entre artistas de diversos países es también algo muy positivo. Lo negativo es que se ligue a la microficción con el carácter facilista de internet, donde parece buscarse que todo sea rápido y sencillo. La microficción requiere el mismo trabajo que un cuento o una novela y esto obliga a luchar contra la saturación que ya atrapó a la poesía y que a veces aleja lectores. En internet reina lo breve, pero si se encuentran millones de poemas y microficciones es obvio que no todo puede tener una mínima calidad. Y entonces, también el lector tiene que duplicar sus esfuerzos para hallar cosas interesantes en la red, que termina siendo una especie de gran contenedor anárquico.

IM: Además de la literatura, ¿qué otras cosas te apasionan?
AB: En general me apasiona lo artístico. La música, el cine (particularmente el de terror) y la pintura.

El libro que lees ahora: Andy Warhol, de W. Koestenbaum.
Una canción que te cambia el ánimo: Son demasiadas canciones, casi cualquiera de Depeche Mode, Korn, The Doors, Nirvana o Creedence.
Una película que verías mil veces: The Matrix.
Una ciudad donde irías de vacaciones: Nueva York.
Un animal que te identifique: No se me ocurre. Opto por decir el gato, porque es el único animal que me gusta.
Un microrrelato que te hubiera gustado escribir: Mensaje, de Thomas Bailey Aldrich. (Una mujer está sentada sola en una casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Golpean a la puerta.)
Un/a escritor/a de microficción: Ana María Shua
Un programa de televisión: X Files. (De los que aún permanecen en el aire diría Supernatural)

***

REINA DE LA BELLEZA
Por Alejandro Bentivoglio

         Aparece frente a mí una mujer muy hermosa. Tiene el cabello rubio hasta los hombros y lleva puesto un vestido verde que deja al descubierto un par de piernas perfectas. Me pide sin disimulo que la desvista. Me acerco a ella por detrás, en silencio, y levanto sus ropas. Encuentro una complicada pieza de relojería en vez de cuerpo y muchos engranajes y tubos que no imagino para qué podrían servir.
        Suelto el vestido, ella se da vuelta para sonreírme enigmáticamente, pero ya no estoy allí.

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